Acto cívico correspondiente tercer año sección A. Estás celebraciones nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia vocación y sobre cómo podemos ser luz para los demás. La Virgen María, al presentar a Jesús en el Templo, nos muestra el camino de la humildad y la entrega. Los hombres y mujeres consagrados, a través de su vida de oración y servicio, nos inspiran a seguir su ejemplo de amor y dedicación. En un mundo marcado por la oscuridad y la desesperanza, la luz de Cristo y el testimonio de las personas consagradas son un faro de esperanza y un llamado a vivir nuestra fe con alegría y generosidad.